Aixa de la Cruz firma una adictiva y brutal crónica en primera persona sobre su paso a la treintena. Cambiar de idea es un giro radical en la escritura de su autora, un punto de inflexión idóneo para reflexionar sobre el paso a la edad adulta. «He tardado diez años de lecturas, y fiestas, y conversaciones con las mejores mentes de mi época en entender que el avatar de hombre es el traje nuevo del emperador […]. Mi propio y escasísimo caché como mujer que escribe se ha desmoronado desde que dejé de escribir como los chicos: con voces falsamente neutrales, con personajes que pasan de puntillas por su género y se hermanan desde lahiperviolencia y las parafilias. Eso es lo que los editores que no publican a mujeres quieren que escribamos las mujeres. Los editores que no publican a mujeres andan locos por publicar a mujeres que escriban de una determinada manera, para refrendar que la subjetividad masculina es la subjetividad universal. Sus autores pueden ser sentimentales e intimistas, pero sus autoras siempre estarán estancadas en la impostura de lo masculino.» A punto de cumplir los treinta, Aixa de la Cruz pone en marcha la escritura de unas memorias que recorren algunos de los momentos más significativos de su vida: desde el día en que una de sus mejores amigas sufre un fatídico accidente de coche hasta el divorcio de la autora; desde las consecuencias de escribir una tesis doctoral hasta sus relaciones sexuales con otras mujeres; desde una infancia en la que maduró sin un «biopadre» hasta su descubrimiento del feminismo. Cambiar de idea ofrece una escritura hipnótica que va mucho más allá de la simple exposición de la primera persona: el relato del yo sirve para vehicular agudas reflexiones sobre diferentes temas de calado social y para desplegar un estilo literario rico y combativo, que posiciona a Aixa de la Cruz no ya como una de las mejores narradoras de su generación, sino también -y sobre todo- como una pensadora brillante. La crítica ha dicho… «Cambiar de idea es reflexión, descubrimiento y mucha autocrítica. Hay que leerlo quitándose las gafas de no ver.» Ana Doménech, Blog Relibro «Pocos libros me han mantenido tan alerta, pocos libros han venido a hacer un jaque mate sobre mi memoria y lo han conseguido. Cambiar de idea es uno de esos libros.» Sonia Fides, El Asombrario «Es excelente. Como literatura confesional, como literatura a secas.» Carolina León, Blog Estado crítico «Un libro lúcido, lleno de fuerza y rabia, doloroso en su sinceridad.» Laura Freixas, La Vanguardia «Es inevitable que sientas que Aixa de la Cruz te cae muy bien y tener ganas de seguir adelante.» José Martínez Ros, Mondosonoro « Cambiar de idea es la obra de una gran narradora que además es una gran pensadora. En tiempos en los que el lector siempre tiene razón, Aixade la Cruz nos saca de nuestras casillas porque ella misma lleva tiempo fuera. Su libro es la mejor demostración de que no hace falta estar de acuerdo con la teoría para estarlo con la práctica.» Javier Rodríguez Marcos, El País «La bilbaína no encuentra las fronteras entre la crónica y la novela porque en la escritura hay recuerdo y en el recuerdo, imaginación. Las páginas pasan rápidas, casi abanican, y la vulnerabilidad que asume De la Cruz abruma.» Charo Lagares, Marie Claire «No he podido dejar de leer. Es buenísimo.» Daniel Arjona «Funciona todo, brilla, te lleva hasta el final como un tren en marcha que no se para.» Elizabeth Duval «De lo mejor que he leído de feminismo en primera persona. Quizás exagero, pero yo creo que está al nivel de Teoría King Kong .» Ernesto Castro «Una novela feliz, una manera de desenfadarse.» Luís Alemany, La Esfera de Papel «El diálogo metaliterario es, de porsí, formalmente fascinante.» Adrián Véitez, Zenda «Un recorrido personal de distintas situaciones vitales para terminar hablando de cómo el feminismo ha llegado a influir en los últimos años.» Europa Press «Una de las voces que más va a dar que hablar.» Rosa Martí, Esquire «Un ensayo memorístico que escuece como la sal en una herida mal cerrada» Mónica Zas Marcos, El Diario «Un brillante ensayo feminista para el perdón de los pecados o una oración millennial que nos invita a celebrar la vida como conflicto y como cambio.» Begoña Méndez, El Cultural