La siguiente historia ocurrió tal cual os la relato a continuación, tenía en mi casa un jarrón antiguo, llevaba allí mucho tiempo, le tenía cierto cariño, se llevó algunos golpes con los años pero seguía entero, hasta que un día casi sin darme cuenta el jarrón se cayó y se rompió en mil pedazos, al principio sentí rabia ¿cómo podía haberse roto de aquella manera? luego sentí pena, había tantos fragmentos que iba a ser imposible pegarlos y volverlos a convertir en jarrón, con los días me di cuenta que en realidad ese jarrón no encajaba mucho con mi estilo ni con el de mi casa… quizá en realidad era mejor así… quizá en realidad esta historia no hable de un jarrón.

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