En 2018 Martín llama a una puerta de un pueblo de Valencia que hace años dejó atrás, no sabe cómo le recibirán, qué habrá pasado en estos casi cuarenta años, pero a sus más de setenta está dispuesto a averiguarlo.
Años atrás en 1980 Martín trabaja para una pequeña editorial, tiene que acabar pronto un libro sobre plantas, escribe en casa y es verano, su jefe cree que sus hijos y su mujer pueden entorpecer las horas de trabajo y le propone un retiro para escribir, le presta las llaves de su casa de veraneo en un pequeño pueblo de Valencia, uno de esos donde todos se conocen, para que desconecte, esté solo y pueda acabar el libro a tiempo.
Aunque al principio es un poco reacio acaba accediendo y se va a pasar el verano a aquel pueblo, él solo, con su máquina de escribir y su cuaderno de dibujo, pues además de escribir también tendrá que dibujar las plantas y las flores para ilustrar el libro. Pronto la gente del pueblo se acostumbra a su presencia allí, lo llaman el escritor, le molesta un poco, le hace sentir incómodo, le recomiendan que hable con Isaac, un chico del pueblo entendido en plantas que puede ayudarle con su libro pero este al principio resulta ser algo arisco.
Ese verano le cambiará para siempre, disfrutará de las fiestas del pueblo, las tardes dibujando y hablando sobre flores con Isaac, dibujando lejos de las presiones de Madrid. Isaac le hará conocer partes de sí mismo que no conocía. El verano será inolvidable.
Martín tendrá que tomar una decisión, volver a Madrid y sacrificarse por lo que la sociedad espera que haga o vivir de su pasión, quizá incluso lejos de Madrid.
Lo mejor:
La forma de escribir de Alice Kellen.
Las descripciones, la autora consigue que a través de sus frases te lleguen la fragancia de las flores y la textura de las frutas.
Con solo dos personajes consigue construir una historia sólida y tierna.
Te encariñarás de los dos protagonistas a pesar de que son dos personas completamente distintas.
La historia de los personajes te hace reflexionar sobre la vida, las decisiones que se toman y los momentos verdaderamente importantes que cuentan cuando observas la vida con perspectiva.
Lo peor:
Que es una novela muy corta y te quedas con ganas de más, de más frases, más momentos compartidos, más flores, más besos.
Fragmento del libro:
«La teoría de los archipiélagos viene a decir que todos somos islas, llegamos solos a este mundo y nos vamos exactamente igual, pero necesitamos tener otras islas alrededor para sentirnos felices en medio de ese mar que une tanto como separa. Yo siempre he pensado que sería una isla pequeñita, de esas en las que hay tres palmeras, una playa, dos rocas y poco más; me he sentido invisible durante gran parte de mi vida. Pero entonces apareciste tú, que sin duda serías una isla volcánica llena de grutas y flores. Y es la primera vez que me pregunto si dos islas pueden tocarse en la profundidad del océano, aunque nadie sea capaz de verlo. Si eso existe, si entre los corales y sedimentos y lo que sea que nos ancla en medio del mar hay un punto de unión, sin duda somos tú y yo. Y si no es así, estamos tan cerca que estoy convencido de poder llegar nadando hasta ti».
Si lo prefieres puedes escuchar la audio reseña aquí: