Resumen + Análisis: El extraño Caso Del Dr. Jekyll y Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson

El extraño Caso Del Dr. Jekyll y Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson

El abogado Utterson y su amigo el señor Richard Enfield están dando su paseo habitual de todos los domingos cuando se fijan en una puerta con aspecto de abandono. Enfield se detiene y después de preguntar a su amigo por aquella puerta empieza a contarle un incidente que había presenciado.

Una noche al pasear por aquella calle Richard Enfield fue testigo de un incidente entre una niña y un extraño hombre, bajo, violento y con un semblante que creaba incomodidad a aquel que lo miraba, este hombre era conocido como Mr. Hyde. El hombre pisoteó a la niña y la dejó tendida en el suelo, pretendía irse sin más pero Enfield lo detuvo mientras otros presentes atendían a la pequeña, el hombre propuso pagar su fechoría con dinero a la familia de la niña, con lo que entró por aquella abandonada puerta y volvió a salir con dinero y un cheque.

Enfield contó a Utterson que lo más preocupante es que ese indeseable hombre había dado un cheque firmado por otro hombre de clase alta y con buena reputación del que no podía revelarle el nombre. A Utterson no le hizo falta que le confesase el nombre de otro hombre, pues conocía ya su identidad. Utterson una vez en su casa revisó el testamento de su buen amigo y cliente Henry Jekyll en el que dejaba todas sus posesiones a Hyde. Esta relación entre ambos hombres perturbaba a Utterson, no comprendía por qué su amigo iba a dejar todos sus bienes a tal individuo ¿Estaba acaso amenazado por él?

Obsesionado con el bienestar de Henry Jekyll y con no haber visto nunca en persona a Mr. Hyde, Utterson empieza a frecuentar la puerta abandonada de la calle del incidente hasta que por fin coincide con Mr. Hyde y puede comprobar por el mismo lo desconcertante de su rostro. Mantienen una conversación en la que ambos se presentan y Mr. Hyde le da al abogado su dirección en una calle del Soho.

Utterson sabe que en realidad la puerta abandonada es la puerta trasera de la casa de Henry Jekyll, que conecta con las salas de trabajo del doctor Jekyll, puerta que este nunca utiliza para acceder a su laboratorio. Acto seguido el abogado acude a la puerta principal de la casa del Doctor y habla con el mayordomo, hace unas preguntas sobre la presencia de Hyde y este le confiesa que es habitual verle por allí, que el mismo Henry Jekyll dio una llave a Hyde para que entrase y saliese a su antojo.

Utterson intenta hablar sobre el testamento con Henry Jekyll, pero este le dice que es un asunto personal y extraño, sin embargo, afirma que sin duda puede librarse de Hyde cuando él quiera si así fuese necesario, pero que a la vez tiene mucho interés en el joven Hyde y desea dejar su testamento tal como está.

“Mi buen Utterson – dijo el doctor – eres muy amable, realmente muy amable, y no encuentro palabras para agradecértelo. Te creo plenamente; confio en ti antes que en cualquier otro hombre, sí, antes que en mí mismo, si pudiera elegir; pero realmente no es lo que tú te imaginas, no es tan grave como todo eso. Y sólo para tranquilizar a tu buen corazón, te diré una cosa: en el momento que quiera puedo librarme de Mr. Hyde. Te doy mi palabra respecto a eso, y te lo agradezco una y otra vez, y solo añadiré unas pocas palabras que estoy seguro, Utterson, que no tomarás a mal: se trata de un asunto privado, y te ruego que lo dejes estar.”  El doctor Henry Jekyll a Utterson.

Un año después de estos acontecimientos sucede un violento asesinato, una criada había sido testigo de todo desde la ventana de su casa, había visto como un extraño individuo que más tarde identificó como Hyde, pues lo había visto antes en una ocasión, había matado a bastonazos a un respetado caballero de la alta sociedad, el señor Carew. Sobre el cadáver se encontró entre otras cosas un sobre sellado para el señor Utterson. A la mañana siguiente Utterson recibió dicha carta, y fue a reconocer el cadáver a la comisaría de policía, que en efecto pertenecía a Danvers Carew.

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La policía le pide ayuda para encontrar al asesino, escuchó lo narrado por la criada y le nombraron a Hyde como el responsable de tal acto. Utterson acompaña a la policía a la casa de Hyde, la dirección del Soho que él mismo le había facilitado hacía tiempo. Tras registrar la casa encuentran el arma del crimen. Desde ese momento Hyde es buscado por asesinato.

Utterson va a ver a su amigo y cliente el Doctor Henry Jekyll, preocupado por su relación con el confirmado asesino de su otro cliente, el abogado informa a Jekyll del asesinato de Carew, pero el Doctor ya está al tanto y le comunica que Hyde nunca más tendrá contacto con él, que no volverá a aparecer por allí. Utterson insiste una vez más en saber si Hyde impuso los términos del testamento de Jekyll en los que Hyde quedaba como único heredero, el Doctor así lo confirma, además da a Utterson una carta que ha recibido escrita por Hyde en la que este dice que se marcha, pero no hay sobre, Jekyll asegura haberlo quemado. Utterson queda bastante tranquilo con la carta y la despedida de Hyde, estaba convencido de que su amigo Jekyll iba a ser su próxima víctima.

Utterson en posesión de la carta de Hyde habla con su pasante, el señor Guest, experto en caligrafía, quien después de observar dicha carta le pide a Utterson una de las invitaciones que solía mandar el señor Jekyll y compara ambos manuscritos, llegando a la conclusión de que la única diferencia es la inclinación de las letras. Utterson llega a la resolución de que Jekyll ha falsificado la carta de Hyde para proteger al asesino.

Hyde desaparece y Jekyll vuelve a dar sus típicas cenas con amigos, las cosas parecen haberse calmado. Hasta que un buen día Jekyll se encierra en casa y ya no quiere recibir a nadie. Utterson intenta visitarle varias veces, pero no le reciben, acude entonces a ver a un amigo común, el señor Lanyon. Al recibirle, Lanyon le comenta que un suceso le ha ha impactado tanto que le quedan pocos días de vida, pero no le cuenta exactamente que ha sucedido, y añade que su relación con el doctor Jekyll ha terminado para siempre. Poco después Lanyon fallece y le entregan una carta a Utterson que únicamente puede leer él.

Un domingo el señor Utterson y Richard Enfield dan su habitual paseo de domingo cuando observan al Doctor Jekyll asomado a una de sus ventanas, tienen una pequeña charla con él hasta que Jekyll cambia de humor y desaparece de forma súbita cerrando la ventana.

Después de aquello, una noche, el señor Utterson recibe en su casa la visita del mayordomo de Jekyll, Poole, este está asustado, el Doctor está encerrado en su estudio y más inaccesible que nunca, de hecho Poole sospecha que en realidad el que está encerrado no es el señor Jekyll, que algo horrible debe haberle pasado y que alguien está ocupando su lugar. Utterson acompaña a Poole a comprobar sus sospechas. Poole le cuenta que el individuo que ahora habita el gabinete del Doctor ha estado pidiendo insistentemente y de malas maneras una medicina que parece haberse agotado en todos sus proveedores.

Una vez en casa de Jekyll ambos hombres llegan hasta el gabinete del Doctor y con la ayuda de un hacha derriban la puerta que tanto tiempo ha permanecido cerrada. Allí encuentran un cadáver que no es otro que el de Mr Hyde, Utterson sospecha que este se ha suicidado y que tiempo antes debió matar a su amigo Henry Jekyll, buscan al Doctor en todas las instalaciones, pero allí no hay nadie más. En un escritorio encuentran un sobre con el nombre de Utterson. Henry Jekyll dejó además una nota en la que le indicaba que si leía esa nota era porque él habría desaparecido, además le indicaba que leyese la carta del señor Lanyon que sabía que tenía en su poder y después leyese la suya. Utterson se marcha a casa dispuesto a leer todos los documentos.

“…con esta carta en las manos para consultarla, te dirijas directamente a mi casa. Mi mayordomo, Poole, ha recibido las oportunas instrucciones; lo encontrarás esperando tu llegada acompañado de un cerrajero.

La puerta de mi gabinete tendrá que ser forzada; y tú entrarás solo, abrirás la vitrina marcada con la letra E que está a mano izquierda, rompiendo la cerradura si estuviese cerrada, y sacarás, con todo lo que contiene, tal como esté, el cuarto cajón contando desde arriba, o lo que es lo mismo, el tercero desde abajo.

Estoy tan angustiado que tengo un miedo enfermizo a que no entiendas bien mis instrucciones; pero, aunque cometa alguna equivocación, reconocerás el cajón de que se trata por su contenido: unos polvos un frasco y una libreta. Te ruego que te lleves ese cajón a tu casa en Cavendish Square exactamente como está.

Esa es la primera parte del favor que te pido: he aquí la segunda. Si te pones en camino en cuanto recibas esta carta, estarás de vuelta mucho antes de medianoche; pero te dejaré todo ese margen, no sólo por miedo a uno de esos obstáculos que no se pueden evitar ni prever, sino porque, para lo que queda por hacer, es preferible que sea a una hora en que tus criados estén acostados.

Tengo que pedirte, pues, que a media noche este es solo en tu consultorio, que personalmente dejes entrar en tu casa a un hombre que se presentará en mi nombre, y que pongas en sus manos el cajón que te habrás llevado al gabinete.

Con ello habrás desempeñado tu papel y ganado toda mi gratitud. Cinco minutos después, si insistes en recibir una explicación comprenderás que estas disposiciones son de capital importancia; y que de no cumplirse una sola de ellas, por fantásticas que puedan parecerte, mi muerte o el naufragio de mi razón podrían cargar sobre tu conciencia… “

Fragmento de la carta del doctor Henry Jekyll a su amigo de confianza Lanyon.

En la carta del señor Lanyon le habla del extraño comportamiento tanto de Jekyll como de Hyde, quien una noche fue a visitarle en busca de un cajón que contenía unos polvos y que habían pertenecido a Jekyll. Tras su llegada Hyde los ingirió y tras convulsiones aparecio ante él el mismísimo Doctor Jekyll.

En la carta de Jekyll este habla de la dualidad de su personalidad y de la incompatibilidad de ambas en la sociedad, para lo que el doctor había encontrado una droga que le permitía ser dos personas diferentes y llevar dos vidas paralelas, pero conforme pasaban los días la personalidad de Hyde iba sintiéndose más libre y sus fechorías iban a peor, la maldad de este ser le llevó a cometer el asesinato de Carew. Cuando Jekyll decide no volver a tomar la droga para pasar a ser Hyde se da cuenta de que esta personalidad ha cogido tanta fuerza que la transformación ocurre de forma repentina y sin necesidad de la droga por lo que pasa a necesitar la droga para volver a convertirse en Jekyll, sin embargo las transformaciones espontáneas no cesan y es por eso que decide encerrarse en casa, lo que es aún peor la droga que consume se acaba, es incapaz de encontrar otra igual y pasa sus últimos días con la forma y personalidad de Hyde.

Comentario/Análisis «El extraño Caso Del Dr. Jekyll y Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson «:

La obra de Robert Louis Stevenson nos habla de la dualidad del ser humano. De la imagen que mostramos a la sociedad que está regida por ciertas normas y las partes de la personalidad que quedan ocultas y van en contra de lo que es correcto.

En la novela el Doctor Jekyll propicia a través de una droga que ese lado oscuro de su personalidad salga a través de Hyde, el problema es que disfruta siendo Hyde más incluso que siendo Jekyll, la personalidad de Hyde queda libre y cada vez ocupa más tiempo y va desarrollándose hasta llegar a cometer un asesinato, cuando el Doctor quiere darse cuenta es demasiado tarde y en su conjunto domina la personalidad de Hyde, aunque Jekyll sienta remordimientos y miedo a que su reputación se vea afectada no puede parar los impulsos de Hyde.

Esto me hace recordar aquella leyenda cherokee sobre dos lobos:

Un anciano cherokee le cuenta a su nieto que todos los días en su interior, como en el interior de todos los humanos, dos lobos libran una batalla, los dos animales son opuestos, uno simboliza el bien y otro el mal. Cuando el joven le pregunta a su abuelo cuál de los lobos ganará la batalla el anciano contesta “Aquel al que tú alimentes”.

En la novela vemos esto reflejado en los físicos de ambas personalidades, a parte de relacionarlas con el bien o lo socialmente correcto y con el mal y los deseos más oscuros del alma humana, vemos que el Doctor es un hombre alto y bien formado, mientras que Hyde es de pequeña estatura (no se ha desarrollado tanto como la personalidad socialmente aceptada) y algo deforme, tampoco tiene unos rasgos concretos ni identificables.

Encontramos también una crítica a la sociedad burguesa de la época, a guardar las apariencias en sociedad. Esto queda muy bien representado no por un personaje sino por la propia casa del Doctor Jekyll, la casa tiene dos puertas, la primera es la puerta principal, la que utiliza Jekyll, la que atiende el mayordomo, por la que entran todos los invitados, respetados en sociedad, a sus fiestas privadas entre amigos. La segunda puerta da a un oscuro callejón, está dejada y da la sensación de abandonada, es la puerta por la que entra Hyde, la puerta de atrás, la puerta que nadie más utiliza. Incluso algunos personajes de la novela desconocen que ambas puertas pertenecen a la misma casa. Curiosamente es Utterson el que desde el principio conoce que las puertas pertenecen ambas a la casa de Jekyll y es también el que es conocedor de los excesos que su amigo tenía en la juventud y que había dejado atrás.

Hyde y sus deseos oscuros se relacionan con las clases bajas, directamente vinculadas con los vicios y lo moral y socialmente incorrecto para las clases altas, de ahí que Hyde tengo una vivienda propia en el barrio del Soho, en aquel momento habitado por la clase baja londinense.

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